domingo, 10 de agosto de 2008

LAS MONJAS

Un avión lleno de monjas tiene un accidente en el que no hay supervivientes. Todas aparecen de repente apelotonadas a las puertas del cielo, ante lo cual, San Pedro decide poner un poco de orden:

- ¡SILENCIO! Aquí no entra nadie si no ponemos orden. A ver, formad una fila y que pase la primera.

Tras unos momentos más de alboroto mientras se organiza la fila, la primera monja se dirige al guardián de las puertas del cielo.

- Buenos días San Pedro:
- Buenos días hermana, dígame como es que tan joven está usted reclamando ya un sitio en el paraíso.
- Verá, es que íbamos todas viajando en avión a Australia para ver al Santo Padre cuando éste se estrelló y aquí me encuentro a la espera de encontrarme en la gloria del espíritu santo.
- Bien, bien hija, pero primero hemos de valorar si eres merecedora de la gloria divina.
- Pero San Pedro, si yo soy monja...
- Nada, nada, hija, en nuestra vida terrena quien más quien menos ha caído en la tentación. A ver dime:

En esto que la monja comienza a narrar una serie de pecados veniales, alguna falta de disciplina en el convento, algún enojo por la comida, en fin, cosillas sin importancia, por lo que San Pedro vuelve a interrumpirla y la apremia.

- Todo eso son naderías, venga pasemos a lo que importa, tú eres monja e hiciste voto de castidad ¿has tocado alguna vez alguna polla?
- ¡PERO QUE DICE USTED!
- Nada, nada, ya sabes lo que dijo nuestro señor, "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra", vamos hija habla que hoy tengo mucho curro.
- Bueno,.... la verdad...., una vez...., pues... al panadero que nos trae el pan lo vi en el urinario, la tentación pudo más que la disciplina,.... en fin, le rocé con este dedo la punta del capullo.
- ¡Ay pecadora! pero no te preocupes, la falta no es tan grave como para negarte la entrada del Cielo. Introduce tu dedo en esta pila de agua bendita para librarlo de todo mal y cruza el umbral.

La monja así lo hizo, ese agua empezó a bullir y a continuación se abrieron las puertas permitiéndole el paso. San Pedro continuó su trabajo haciendo pasar a la segunda monja de la fila:

- Buenos días San Pedro:
- Buenos días hermana, también el accidente de avión ¿no?
- Sí, así fue.
- Venga, apremiemos esto, ¿algún pecado grave que contarme?
- Pues verá... yo.... es que me da mucho apuro contarlo, pero en una ocasión el Padre Bonifacio, el cura del convento, pues.... mientras me confesaba, pude ver como la sotana se le puso como tienda de campaña... en fin, no pude resistirme y le agarré la polla con la mano San Pedro.
- Vaya, vaya con Bonifacio, tendré que tener una seria conversación con él cuando le llegue su turno, pero en fin hija, no te preocupes si sólo se la cogiste con la mano no es tan grave, ya sabes, introdúcela en la pila y si es cierto lo que me has narrado podrás cruzar.

La monja repitió la operación de su antecesora, en esta ocasión introduciendo toda la mano, el agua comenzó igualmente a bullir abriéndose al momento las puertas autorizándole el paso. En esto que cuando San Pedro va a indicar a la siguiente monja de la fila que se confiese, aparece a trompicones desde el final de la fila la última monja que de un empellón se coloca la siguiente en la fila.

- ¡PERO QUE ÍMPETU HIJA! ¿Tanto deseo tienes de disfrutar de la gloria divina que no puedes esperar que pasen antes tus hermanas?
- No San Pedro, que va, si yo paciencia tengo, lo que pasa es que ni loca hago gárgaras en el agua donde ésta que me sigue ha metido el culo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un cuento muy ingenioso. Con mucha imaginación. Con él volvemos a encontrarnos en la España anticlerical de principios del siglo XX.

PECE dijo...

No creo que eso que dices sea cierto anónimo conocido. Ni la España de hoy día es la de principios del siglo XX, ni la cultura del pueblo (a pesar de la realidad) puede compararse con el analfabetismo de entonces, ni mi intención (ni la de ningún otro ateo) es quemar monasterios.

Los movimientos ateos de hoy en día no persiguen eliminar la religión. A principios del siglo XX el ateísmo era una consecuencia del marxismo, doctrina política que no comulgaba con ninguna religión, y que para conseguir sus fines no reparaba en métodos, siendo el ateísmo tan sólo una característica más del mundo comunista.

Hoy en día los ateos no atacamos, nos defendemos de las intenciones de todas las religiones de seguir interfiriendo en la vida política y social. La religión ha de ser por encima de todo y sin excusas una actitud personal, nunca un modo de vida de una sociedad. La moral está por encima de cualquier religión. Un ateo no es una persona amoral, en la mayoría de los casos su moralidad está muy por encima de la de cualquier creyente (incluidos los cristianos occidentales).

Andrew dijo...

Hi.
Bien por el chiste o cuento jejeje, demasiado largo, pero bien.
En cuanto si eres ateo o no eres ateo creo que solamente deberiamos hacer es Amar a Dios sobre todas las cosas.
En este mundo existen tantas religiones, en fin.
Saludos.

PECE dijo...

Tienes razón, estos chistes largos es mucho mejor verlos interpretados en directo por alguien con oficio.
En cuanto a lo segundo, es difícil amar algo que no crees que exista.

JoPo dijo...

juar juar juar , muy bueno!!!

pce, creo q com¡nozco a ese anonimo

decidido te agrego, eres un crack!!
y deacuerdo contigo en cuanto os movimientos ateos. ellos son los de las creencias invasivas

si pudiesen....